Todo comienza un fin de semana de diciembre del 2.012, yo tenía turno de noche en la ambulancia y todo trascurría tranquilamente. Víctor es un hombre corpulento y de mediana estatura, que nunca rechista y tiene un carácter muy noble; al contrario que yo, que siempre me pelo con cualquiera que me lleve la contraria. Estábamos aparcados frente al estadio del Heliodoro escuchando el típico programa de radio nocturno.
Suena la emisora de la ambulancia:
- ¡911!, ¡911!, aquí la central- se escucha a través de la radio- tenemos un aviso de una persona con fiebre, vómitos y con un herida en el brazo. El domicilio es C/Ramón y Cajal nº7, piso 1-A.
Víctor se halla tirado en la camilla de la ambulancia y salta al volante nada más escuchar el aviso. Yo fui preparando la maleta de emergencias mientras él arrancaba, no tardaríamos mucho ya que el domicilio se encontraba muy cerca de allí. Cuando llegamos, nos percatamos de que somos los primeros en llegar, tocamos en el timbre pero nadie responde a nuestra llamada, así que probamos en otros pisos hasta que un amable vecino nos abre el portal. Cuando llegamos a la puerta del 1-A ésta se encontraba abierta, aunque me fijo en una placa dorada sobre el timbre que pone: Consulado de Rusia. Víctor no se lo piensa dos veces y entra en el domicilio sin esperar a la llegada de la policía. Yo no iba a ser menos así que corro detrás de él. Nos adentramos en el domicilio y todo estaba muy oscuro.
-¡Somos los sanitarios!- gritamos al unísono.
Nadie nos contesta. Nos adentramos en un largo pasillo lleno de cuadros de la época renacentista, con la linterna puede ver que en la pared hay manchas de sangre como si alguien herido se hubiese arrastrado por ella. Siento un olor nauseabundo y nos dirigimos hacia donde provenía el olor al fondo del pasillo. En la cocina, yacía el cuerpo de una mujer ensangrentada. Aunque estaba inconsciente, todavía respira. Me fijo en que presenta una pequeña mordida en el brazo derecho que emanaba muchísima sangre. Siguiendo el protocolo, limpiamos la herida con suero fisiológico y unas gasas, y le realizamos un vendaje compresivo pero no conseguíamos parar la hemorragia. No entiendo como una herida tan pequeña sangra tanto. Cuando parece que la paciente está estable, comienza a convulsionar, expulsando sangre por la boca y realizando movimientos espasmódicos sin control. Entonces decidimos llamar a la base:
- Central, aquí 911, pedimos traslado urgente- dijo Víctor.
- Diríjanse al hospital universitario—se escucha desde la emisora.
- De acuerdo central-contestamos.
En ese momento oímos las sirenas de la policía que se acercaba. Cuando ellos entran en la casa, nosotros ya estábamos sacando a la mujer en la camilla. Los policías permanecen en el domicilio tomando muestras de lo ocurrido mientras que nosotros os dirigimos hacia el hospital. Como siempre, me toca a mí detrás con la víctima. Durante el traslado, no puedo evitar fijarme en la mordida del brazo, coincide perfectamente con la mordida de una dentadura humana.
A la llegada al hospital, tenemos que esperar casi media hora para que el médico de urgencias nos atienda ya que las urgencias estaban saturadas, como siempre. Le comunicamos los síntomas de la paciente, mientras le realiza un leve estudio (presión arterial, temperatura…); finalmente, nos manda a subirla a la habitación 411, donde un enfermero la atendería.
Víctor y yo necesitábamos descansar un poco, eran las 3:30 de la madrugada y nos quedaba mucha noche por delante. Mientras que Víctor prefiere estar charlando con las enfermeras del hospital, yo me dirijo hacia la zona de descanso. No fui consciente pero perdí la noción del tiempo, hasta que un gran escándalo de gente gritando me despertó. Me asomo a ver lo que pasaba y no doy crédito de lo que está sucediendo. Veo corriendo a cuatro hombres del personal de seguridad del hospital hacia urgencias, y le pregunto a uno de ellos qué coño está pasando.
- Una mujer se ha vuelto loca y ha mordido a un enfermero- me contesta el que iba en la retaguardia.
- ¿En qué habitación?- pregunto.
-!! La 411 ¡¡- me responde y sale corriendo.
No podía ser, era la mujer que había trasladado hace un momento. Corro hacia la habitación y me estremezco al contemplar lo que está sucediendo frente a mis ojos. El enfermero yace en el suelo sin vida, mientras que varias personas intentan reanimarlo; parece como si le hubieran arrancado a mordiscos el cuello.
Varios seguritas intentan reducir a la mujer que parecía poseída por el mismísimo diablo. Nunca olvidaré sus ojos inyectados en sangre, el tono de su piel era propio de un cadáver, se retorcía como una serpiente y sus mordiscos al aire llegaron a alcanzar a uno de los seguritas que es herido.
Varios seguritas intentan reducir a la mujer que parecía poseída por el mismísimo diablo. Nunca olvidaré sus ojos inyectados en sangre, el tono de su piel era propio de un cadáver, se retorcía como una serpiente y sus mordiscos al aire llegaron a alcanzar a uno de los seguritas que es herido.
Durante un segundo me quedo congelado, no comprendía lo que está sucediendo. De repente, el enfermero muerto se levanto y ataca a sus compañeros. No podía estar pasando, era como ver una película de serie B en primera persona. Solo pensé una cosa, correr lo más lejos posible de allí. Corro como un galgo por los pasillos de la planta, no pensaba en pedir ayuda, sólo pensaba en llegar a casa.
Me llamo Iker Morales, soy la primera persona que vió el comienzo de la epidemia zombi en las Islas Canarias.
INteresantísimo y bueno, este capítulo. LOs infectados tambiém somos canarios, de Las Palmas. Te invitamos a pasar por nuestro blog http://infectadosblog.blogspot.com Te he visto por el área de aislamiento que es nuestro blog de reseñas. Un saludo infectado
ResponderEliminarMuchas gracias y suerte con el blog.
ResponderEliminarHola canario, te invito a que entre en mi blog y me des opiniones, sigue asi.
ResponderEliminarHola alejandro, ok.. ok... nos leeremos, .. a ver quien se carga más pellejudodos Vale. tu controla canarias y que no se escapen, yo no dejarte que salgan de extremadura.
ResponderEliminarHola buen blog, saludos desde Coacalco de berriozabal, Mexico.
ResponderEliminarhttp://walkingbetweendeads.blogspot.com/
Hola, lo acabo de descubrir recientemente, he leido un poco y quiero mas, eso es lo que me gusta de los libros que enganchen, como escritor acabo de empezar, pero como lector llevo años, y a mi me gusta.
ResponderEliminarhttp://franciscogneila.blogspot.com
Con tu permiso
Hola
ResponderEliminarUn grupo de amigos hemos escrito una antología de relatos de temática zombi, publicada en una editorial online (lulu) que nos gustaría difundir lo más posible, por si pudieras poner una noticia en tu blog :)
El libro se llama "Recién Muertos" tiene 270 páginas y doce relatos.
No sé. Dime si te interesa saber algo más...
Tenemos twitter (https://twitter.com/recienmuertos) y blog (http://recienmuertos.wordpress.com)
Muchas gracias y un saludo