sábado, 5 de febrero de 2011

ZOMBIS EN CANARIAS-Capitulo 4º


Ahora se les escucha claramente, la reverberación de sus voces en el pasillo y sin ningún ruido de fondo, es como estar al lado de ellos mismos. Parece que son jóvenes, algo musitan:
-Vaya marrón tío, dicen que Madrid, Valencia y Barcelona están muy jodidas de la mierda esa de  fiebre del Nilo-dice uno de ellos.
El otro contesta:
-¿Fiebre del Nilo?- se escuchan unas carcajadas- una mierda. Tengo una buena amiga que trabaja para el ministerio de sanidad y me ha comentado que todo eso es una patraña para que la gente se quede más tranquila, en realidad, dicen que es una mutación del Ébola, y muy contagiosa. En Madrid, Valencia y Barcelona están evacuando a la población no infectada. Pero ahora viene lo más alucinante de lo que me confesó mi amiga, según parece la gente que está contaminada muere a las pocas horas y luego revive con una agresividad descomunal, atacando a todas las personas que encuentran a su paso-
El otro militar le mira sorprendido.
-¿Crees que van a decretar el estado de excepción?
Con voz firme, le responde:
-!!Sí¡¡ y es más, aquí ya ha llegado el primer brote-
Se oye una emisora que les reclama en el vestíbulo, según parece hay un altercado con varios pacientes, los militares se marchan apresuradamente.
No puede ser, qué hijos de la gran puta, cuándo piensan informar a la población. No quieren que se sepa que la pandemia ha llegado a Canarias. Una sola cosa se me pasa por la mente: Muertos Vivientes. Si eso es verdad, en cuanto la población se entere todo va a ser un caos, si esa mierda se extiende por la isla, nos va a  hacer falta un milagro para salvarnos.
En mi mente empieza a trazar un plan, lo de resolver problemas e imprevistos de última hora se me dan bien, así que en mi cabeza voy estableciendo mis prioridades. La primera, ir a encontrarme con Marian; pero antes tengo que  aprovechar para provisionarme de algunos medicamentos, nunca se sabe si los necesitaré en un futuro cercano. Para ello, tendría que adentrarme en unos de los dispensarios del hospital, eso me ponía en un aprieto ya que la farmacia se encuentra en la planta -2, una vez más tengo que jugármela a lo Jackie Chan.
Parece que no hay nadie en el pasillo, así que muy poco a poco voy abriendo la puerta y me asomo para ojear que esté vacío,  gran error,  nada más asomarme  siento un golpetazo que me nubla la vista hasta quedarme inconsciente.